Gorillaz ha acompañado a una incontable cantidad de personas desde 1998. Fernando es una de ellas y nos cuenta como creció escuchando su música.

Lunes 17 de abril del 2017, Vargas Araya, 10:00pm: suena en Spotify “Andromeda”, una de las piezas del nuevo disco de Gorillaz: “Humanz”. Hace poco me pasaron un podcast en donde Albarn, con su acento de mae ingles que ya está llegando a los cincuenta, hablaba de sentimientos de pérdida, de cómo compuso la canción, habló de la muerte de Bobby Womack (correcto, el que canta en “Stylo”, la del videoclip con Bruce Willis) y que terminó  con los ojos llorosos en el estudio al grabar la línea de voces. “Good times, good times” ¿Han sentido que se les perdió algo y saben que no lo van a recuperar nunca más? ¿Han sentido que han encontrado algo que de inmediato saben que les va a acompañar por el resto de sus vidas?

Algún momento entre septiembre y diciembre del 2001: Es una tarde estúpidamente aburrida, pero desde que la televisión consolidó su capacidad de “niñera” mi hermana y yo veíamos lo que se nos daba la gana. Cartoon Network era el canal 19, y Nickelodeon era el 21. ¿Por qué recuerdo ese detalle insignificante? No lo sé. Nickelodeon captura nuestra atención la mayor parte del tiempo durante esos años. En serio tener cable fue una bendición por la cual pasamos agradecidos, desde “Hey Arnold”  y “Rugrats” hasta “Rocko’s Modern Life” pasando por rarezas como “Invader Zim”, este era el pan de cada día  (¿Esto me convierte en millenial o sigo siendo un problema de los “90’s kids”? Desconozco si algún otro término genérico se ha inventado. Yo soy del ‘91, mi hermana del ‘96… ¿Quién se llevó la peor/mejor parte?)

Tuvo que haber ocurrido después de las 2:00pm ¿Quién sabe? Algo está a punto de cambiar, pero ni mi hermana ni yo lo sabemos. Un segmento llamado “DJ Nick” aparece entre los comerciales, vemos una animación por computadora de principio de los 2000 en la pantalla. Es “19-2000” de Gorillaz. ¿Qué es esto? Fue la primera pregunta que nos llegó a la mente. ¿Es una caricatura, es una banda, es un anuncio de algo? Una versión editada de Clint Eastwood aparece. Obviamente no iban a poner la escena donde un mono zombie agarraba a Murdoc de los testículos y lo arrojaba al piso. Nickelodeon era muy “progre” y artístico pero la censura siempre ha tenido su peso.

Al final del video, el nombre de los integrantes: 2D, Murdoc, Noodle, Russell. Gorillaz.  2D canta y tiene los ojos como muertos, Murdoc es el bajista, un chavalo satanista, egocéntrico e incorrecto, el rockstar, Russell toca la batería y le sale un fantasma enorme de la cabeza que rapea como un dios (se lo compro, por supuesto que sí) y finalmente tenemos a Noodle, toca la guitarra, asiático… o ¿asiática? ¿chico o chica?

Para algunos de nosotros este aspecto quedaría claro hasta después y sería uno de los primeros acercamientos con la palabra “andrógino”. La banda virtual más exitosa de todos los tiempos (lo dicen los Record Guiness, no yo). ¿Se convirtió en una obsesión inmediata? No. Pero la idea quedó ahí. “It’s a sweet sensation over the dub”.

Algún momento a finales del año 2003: pude viajar fuera del país, estaba a punto de entrar a séptimo grado. De esos tiempos yo me acuerdo poco, lo que logro rememorar es que todo era complicado. Supongo que ser un saco de hormonas en una familia que estaba enfrentando un divorcio suele ser complejo de una manera u otra, cada quien trata la vara a su manera.

Fuimos a Texas, porque ahí vivían el tío de mis tías… sí, ese vínculo familiar que se fue a Estados Unidos a probar suerte y lo logró. Andar husmeando tiendas de música siempre ha sido uno de mis pasatiempos favoritos, y me di cuenta que ahí los Gorillaz sí habían dejado su marca. Algo en el esplendor del capitalismo salvaje (también conocido como la sección de discos de Wal-mart) me llevó a tener una epifanía: Gorillaz. No me compré el disco ahí porque solo estaba la “clean version” (una versión sin el sticker de Parental Advisory, o sea no van a decir “fuck”, “ass” y no van a hacer referencias a sexo ni drogas)  Apenas volví a Costa Rica, empecé a buscar toda la información posible de la banda con los medios que hubiera disponibles en ese momento.

Gorillaz sería uno de los quiebres más importantes en mis gustos musicales hasta el momento, que de por sí ya eran raros para un chamaco de once: mi tata solo ponía merengue, salsa y música electrónica y una casi nula cantidad de “rock clásico”, porque mi madre no lo toleraba.

Ella oye Chayanne, Franco De Vita, Ricky Martin y cosas así. No importa, yo lo absorbo todo igual porque estoy obsesionado con la música. Vengo coleccionando discos de merengue y salsa desde los seis años, demostrando una clara obsesión por quedar bien con mi tata. Gorillaz tiene electrónica, dub, hip hop, noise, trip hop, punk. Yo de estos géneros no sé mucho pero están a punto de echarme el hechizo. “I ain’t happy. I’m feeling glad I got sunshine in a bag. I’m useless,  but not for long, the future is coming on”

1 de marzo, 2004, Colegio María Inmaculada, Moravia, 10:30am, (primer recreo):  un compa del cole al que le decíamos “Macho” me vendió por tres rojos y un sanguche el primer disco de Gorillaz, lo había oído un par de veces y no le había gustado. “Música muy rara mae” fue lo que me dijo. Llevaba pensando en Gorillaz todos los días desde hace un par de meses, agarré el maldito disco y lo escuché hasta el cansancio. Estaba oficialmente atrapado. Quería más. Necesitaba más. Resulta que el disco era una llave también que llevaba a contenido exclusivo en el sitio web. Uno metía el disco a la compu y si tenía internet, grandes cosas estarían por ocurrir. La caja del disco está toda quebrada y rayada, el disco aún suena… no sé cómo.

Octubre, 2004: Aprendí lo que era quedarse después del cole en un “Internet Café” de Moravia centro, aprovechando una conexión decente para ver los videos desde gorillaz.com. Si había un sitio web entretenido, era ese. Hay minijuegos, canciones exclusivas y uno puede andar  de arriba por abajo por Kong Studios (donde grabaron el disco). ¿Qué sigue? Bajar las letras del disco a un diskette (ya casi viene a consolidarse la llave maya) imprimirlas en la choza, o leerlas en la compu si se es un fiebre. Aún uno no es tan jugado como para sacar la letra a oído, para eso tendrán que pasar muchas lecciones de inglés.

Ventanitas de Windows Messenger sonando. Zumbidos. Un mae engaletado en la esquina bajando porno. Una fila de compas del cole está en las compus cerca de la ventana; están descubriendo los placeres de jugar en línea. ¢250 la media hora, ¢400 la hora. Facebook no existe… bueno, sí, pero a nadie le importa. Suave, ya casi viene Hi5. Olor a aire acondicionado.

¿Quién está detrás de todo esto? Damon Albarn y Jamie Hewlett. La figura de Damon me atrapa, ¿Quién es este mae? Esto me lleva  a Deltron 3030, Dan Nakamura y Blur. Me voy por el lado rockero, tomo un desvío al britpop y al rock ingles noventero: Oasis, Pulp, Supergrass, Radiohead, The Verve, Placebo. Yo de rock inglés lo que sabía era que Led Zeppelin y Black Sabbath sonaban muy tuanis y punto. Cada vez me meto más en el hoyo, estos ingleses son unos personajes. Arctic Monkeys, Pink Floyd, The Rolling Stones, David Bowie, Sex Pistols, The Cure…

Empiezan los rumores de que Gorillaz está en el estudio, la emoción se apodera del ambiente. Se rumora que el disco se va a llamar Happy Landfill. Tengo que matar la ansiedad de alguna manera así que consigo una copia del DVD “Phase One: Celebrity Takedown” en una tienda de música del Mall San Pedro, que estaba por donde ahora venden un montón de peluches en el segundo piso, (sí, la que está cerca de la Librería Internacional).

“An Ego is a dangerous thing to feed” dice la portada. Que bien, por que ese ego permitió que el DVD sea un viaje por Kong Studios viendo todo el material audiovisual de Gorillaz hasta la fecha. Por alguna razón esto me llena de tanta energía y esperanza. Ilumina ese amor antes que se vaya. Algo siempre te entristece cuando todo va bien ¿Qué pasa contigo?”

Viernes 1 de abril, 2005 (7:00pm): MTV tiene la exclusiva de la transmisión del video de “Feel Good Inc.” para Latinoamérica. La fanaticada ha estado esperando toda la semana. ¿Será un sí o un no? El video aparece. Una ciudad, una torre, una risa. “Feel Good” y la línea de bajo retumba en las ya mancilladas bocinas de un tele Hitachi de 1985. Es un sí rotundo, la obsesión se consolida. ¡Que video! 2D-3D, un fiestón, la línea de bajo, el rap, Noodle en un molino gigante navegando en una isla flotante por los cielos. ¿Qué es esa música? No sé, pero que bien.

Obviamente hay que obtener “Feel Good Inc.” En la casa de mis tías hay internet de Racsa. 5000 colones, 12 horas mensuales de internet, 56kbps. Caro en el momento, impensable ahora. El ICE va a acabar con todo esto en menos de un año, ya casi viene el concepto de internet ilimitado 512kbps, menos de 15 rojos, prepárese para volar. “No se complique” dice un compa que está obsesionado con las compus, “bájese un programa que se llama Bearshare o Limewire, dura como una hora descargándose y como otra hora bajándose la canción, pero vale la pena. Ahí usted encuentra toda la música que le dé la gana”.

¿Qué es está maravilla? ¿Magia negra? La noche en la que me aventuré a hacer la operación en la casa de mis tías también bajé “B.Y.O.B.” de System of A Down. La compu se llenaría de virus en los próximos meses, además de llegar un recargo de 20 rojos en internet. Perdón, tengo trece y me cuesta controlarme, además yo que voy a estar sabiendo de P2P y facturaciones.

Hace falta un mes aproximadamente para que salga “Demon Days”. Para la tercera semana de mayo ya llega a Costa Rica. He pasado llamando a tiendas de discos a ver si ya lo trajeron. Irónicamente lo encuentro en el Centro Comercial del Sur, a 100 metros de la casa de mi abuela. Una tienda pequeña llamada “Discos del sur” en el segundo piso es el lugar. Quebraría aproximadamente 4 años después, al igual que un montón de otras tiendas de discos que habían en Novacentro, Mall San Pedro, San José, San Pedro…¿Quién tuvo la culpa? ¿Los torrents? ¿YouTube? ¿el iPod? ¿el mp3? ¿lo inminente? ¿Todas las anteriores?

“Demon Days” es un disco que al ponerlo a todo volúmen en la casa crea caos porque mi madre oye la intro y dice “eso suena como demonios hablando”, no le gusta y eso hace que me encante. Suenan samples de películas de horror, disonancias, cuerdas tenebrosas. El soundtrack para un mundo que está bien hecho leña.

No lo entiendo a la primera, pero sé que es una obra de arte. Lo escucho obsesivamente, intentando descifrar qué está pasando. La mezcla está otra vez, pero más enredada que nunca: funk, hip hop, rap, orquestas, electrónica, punk, spoken voice, gospel, pop, rock alternativo, Shaun Ryder, Neneh Cherry, MF DOOM, Roots Manuva…

La obsesión es tal que vendo la copia sencilla que tengo del “Demon Days” para poder comprar la edición especial, que trae un DVD con un par de canciones extra. Es el todo o nada, y resulta que no hay tanta plata. Compro la edición especial en el único lugar que la tiene: una tienda de discos en Terramall, que ha logrado sobrevivir al paso del tiempo. En Navidad me regalan la edición especial del disco… nunca debí vender la original; ya me iré acostumbrando a las malas decisiones.

“DARE” viene como segundo video, “Dirty Harry” como el tercero y “El mañana” se va a doble single con “Kids With Guns”. Cada video tan bueno como el otro, tan post-apocalíptico como el otro: pistas de baile, desiertos post-guerra, explosiones y destrucción.  Don’t burn yourself, turn yourself, turn yourself around into the sun”

Noviembre 28, 2006 (por ahí de las 5 de la tarde): Pronto parará de llover, aunque sea unos meses. La felicidad de salir del cole es enorme. Me acabo de comprar un bajo porque ya acepté que nunca voy a tener suficiente plata para comprar una batería, pero quiero tocar algo… lo que sea. En el cole ya todos se compraron una guitarra y yo no canto nada… pero puedo tocar la línea de “Feel Good Inc.”, así que todo bien.

Los vientos alisios me golpean la cara mientras babeo en la ventana de la tienda de discos de Novacentro al ver el “Slowboat to Hades” de Gorillaz, un DVD que recopila toda la fase audiovisual entre “Gorillaz” y “Demon Days”. La tienda desaparecerá, dentro de unos 6 años ya no van a vender ni DVDs ni CDs, sino sándwiches y café. El DVD lo obtengo en Navidad. Éxito total. Mi hermana, en un acto de complicidad, pide un DVD de Primus. No nos levantaremos del frente del tele por dos días seguidos.

Para este momento el molino de “Feel Good Inc.” ya apareció en llamas en el video de “El Mañana” ¿Dondé está Noodle?. También ya ocurrieron las presentaciones con hologramas gigantes en los MTV Europe Awards y los Grammys. El público no lo puede creer. La tecnología en una presentación en vivo está llegando a otro nivel, la realidad se da cada día más besos con la ciencia ficción. Con su cara de tipo inglés que fuma mucho, Jamie Hewlett sube al escenario de los MTV Europe Awards a recoger el premio a Mejor Grupo, su respuesta: “Mejor grupo… y ni siquiera existimos”. Sonríe sarcásticamente. Los pupilas de los que amamos Gorillaz permanecen dilatadas. Hologramas, existencialismo, presentaciones en vivo, DVDs con tours embrujados, shows con todos los invitados del disco (ver “Demon Days Live” para más referencias), apps, anuncios, premios, sorpresas en el sitio web, pero sobre todo música, mucha música. Constante estimulación.

Gorillaz se ha convertido en varias ocasiones como la “droga de paso” a nuevas tendencias musicales; por estos años se consolida mi obsesión por coleccionar discos compactos y se volverían frecuentes viajes de más de 2 horas a todas las tiendas posibles de discos, incluso fuera de San José.. Muchas veces no compraría nada, solo memorizaría nombres de bandas para ir a buscar su música en internet (a veces llevaba un papel y un lapicero rojo).

Recuerdo a mis tías y madre preguntándome cada vez que me veían salir de una tienda de discos: “¿Qué? ¿No encontraste ningún tesorillo por ahí?”.  Mi tía Geovanna una vez me llevó a un lugarcillo por donde estaba el Cine Variedades y encontré el “G-Sides” como a 4 rojos. Era el sueño hecho realidad, conseguir ese disco en el país era considerado casi imposible en ese momento y llevaba más de año y medio buscándolo. Lloré en la tienda, me dio vergüenza. La tienda desaparecería un par de años después, ahora venden ropa americana. Enfrente estaba Discos Napoli, ahora es una sucursal del Ministerio de Hacienda… el horror.

Pocos meses después me aventuraria a traer un disco del extranjero por primera vez. Fue la única manera de conseguir el “Laika Come Home”, que era básicamente el primer disco de Gorillaz reimaginado en dub y reggae. También me aventuraria a probar si el dibujo era lo mío, y ver si mi destino era seguir los pasos de Jamie y no los de Damon. Fracaso total, los garabatos apenas salían. La música sería la compañera fiel entonces. “You won’t get money, from doing what you love in”

Enero, 2008: El bajo lleva acaparando polvo un año. Es mi último año de colegio. He sido seducido por el mundo del metal, el rock progresivo, el ska y el noise rock. El mundo de los chivos ha empezado a hacerse presente desde el año pasado. Mi mamá no sabe que todos esos muchachillos y muchachillas que van a los conciertos están muy locos, pero entre locos nos entendemos. Eso del rock nacional me está sonando cada día más como una excelente idea.

“D-Sides” salió el año pasado, un compilado de piezas huérfanas del Demon Days. El poder descubrir más música siempre será un placer. El ride de los b-sides me parecía cautivante, todas estas piezas demasiado raras -o con otra actitud- que no entraron en el corte final, pero que igual están buenas. La eterna pregunta sale ¿Qué hubiera pasado si esta pieza fuera parte de un disco y no un b-side? El entender de manera más detallada el concepto de b-side me hace entender que estoy perdiéndome de un montón de música “rara” de mis artistas favoritos. Estoy seguro que el deporte de ir a cazar b-sides me fue inculcado por los compilados de Gorillaz, y fue lo que me permitió entender que uno siempre puede encontrarse algo valioso por ahí en cualquier momento.

También se haría popular la autobiografía de Gorillaz: “Rise of The Ogre”, la cual me pasarían hasta este año. El libro es una mezcla de ficción con realidad, que nos llevaría a entender un poco más de todo este universo que se había ido construyendo lentamente. Algunos críticos musicales dicen que Gorillaz fue la primer banda de este siglo que entendió cómo llevar las narrativas del pop al siguiente nivel y más allá de la música. También creo que este fue uno de los grandes aportes: es necesario repensar cómo contamos nuestras historias.

Durante este tiempo no hay lanzamientos nuevos, lo que hay es una relativa calma acompañada de una ansiedad de lo que irá a venir en poco tiempo. “Every four o’clock in the morning I think I’m gonna die”

Enero 2009: Recibo una llamada para empezar a tocar con una banda con la que estaría durante 6 años. Recuerdo también que a veces iba a ensayar con mi camisa del “Demon Days”, la cual fui a estampar en el lugar de chemas del segundo piso del Mall San Pedro. La camisa no existe como desde el 2011 debido a que perdió toda señal del estampado, pasando a convertirse en una camisa negra muy percudida. “The world is very sexy. It’s part of my collapse”

Algún momento del 2010: “Kids gather around, I need your focus”

El segundo año universitario me pegaba duro, la transición a la mayoría de edad y el sentirse perdido en absolutamente cada espacio al que uno va puede transformarse en algo abrumador para aquellos que nos ha costado aprender a canalizar la ansiedad.

A pesar del anuncio de que “Plastic Beach” vendría y que era tan ambicioso como “Demon Days”, no captó mi atención tan obsesivamente hasta que apareció Bruce Willis volando bala en el video de Stylo una mañana por MTV (cuando aún ponían videos). Gorillaz había evolucionado una vez más, descubriendo nuevos sonidos, invitando a nueva gente a su casa, experimentando estéticamente con otros estilos, recordándonos que el cambio es constante y puede ser emocionante. Gorillaz y asombro van de la mano.

“On Melancholy Hill” me sigue poniendo los ojos llorosos hasta el día de hoy, y ni se diga la voz de Bobby Womack. Las masivas presentaciones en vivo convirtieron la fase de la playa plástica en algo a lo que se le podía seguir el paso por YouTube con mayor facilidad. Era un alivio no tener que esperar hasta una hora para que se bajara una canción o para ver un video, se podía consumir el disco hasta el cansancio cuantas veces uno quisiera en un día. Probablemente esto influyó para que lo comparara hasta mucho después.

Para finales de año vendría una sorpresa inesperada, y se convertiría en un punto de polémica para la fanaticada de Gorillaz: “The Fall”. Un disco odiado por algunos, ignorado por otra gente, amado por unos pocos bocones que nos atrevemos a defenderlo a capa y espada. Sin embargo, algo era cierto: esto parecía una especie de disco solista del tal Albarn bajo el nombre de Gorillaz. Todo hecho en un iPad, parecía relatar momentos de tristeza y alienación en habitaciones de hotel a lo largo de la gira. Es raro… entre más tiempo pasa, más me gusta “The Fall” y no sé si lo entiendo más, pero de fijo lo siento más.

De fijo las cosas no andaban tan bien, porque después de “The Fall lo único nuevo que vendría para Gorillaz serie una serie de zapatos Converse, y una canción extra con los héroes de James Murphy y Andre 3000: “Do Ya Thing”, la más larga de Gorillaz hasta el momento . Para un mae que le llegan las vibras del rock progresivo y las canciones largas, esto fue un regalo caído del cielo, lo que no sabía es que habría que esperar bastante para más regalos así.

Poco después, una pelea entre Damon y Jamie nos pondría a todos el corazón en el precipicio. Igual se contentaron, demostrando que las buenas amistades siempre encuentran cierto punto de equilibrio, pero por el momento cada quien jalaba por su lado. Una sensación de incertidumbre se manifestó, sin embargo cuando la ansiedad ataca, basta recordar que el catálogo de Gorillaz cuenta con más de 100 canciones entre discos, remixes y b-sides. Al menos hay algo a lo que aferrarse en caso de emergencia. “Every time we try, we get nowhere. Wouldn’t be nice if we were normal people?”

12 de febrero del 2016, Residencial Villa Monte, La Florida de Tibas, 4:58pm: No he logrado levantarme de la cama en todo el día, las labores cotidianas se han vuelto más actos automáticos que acciones con voluntad. Esto, junto a ataques de ansiedad, se ha convertido en lo normal desde marzo del año pasado. La música se ha llegado a convertir en la única medicina efectiva, porque ya ningún tipo de fármaco o droga sirve.

Suena “Amarillo”, las luces están apagadas. La casa huele a cigarro, birra y arrepentimientos. “I got lost on the highway but don’t ask me where I’ve been or what I’ve done”. Desde octubre ha empezado una emoción que logra hacernos abrir los ojos a algunos, a pesar de todo, y es que Jamie y Damon han dicho que Gorillaz volverá en el 2016; si bien la noticia es tomada con escepticismo, declaraciones en diferentes entrevistas con Damon lo hacen ver inminente.

Spotify permite el acceso al catálogo casi completo de Gorillaz, también está YouTube, o los torrents. Solo se necesita un par de clicks para ingresar a Facebook o Twitter, y revisar la página oficial o las principales revistas de música, para saber si algo está pasando. Solo toma un minuto enterarse de todo, solo toma un minuto para que una novedad se difunda como una enfermedad, solo toma un minuto para entender que aquellos días de ir al internet café a leer lyrics están oficialmente muertos, nunca volverán. Parece que pasó hace tanto tiempo atrás, pero en realidad no ha pasado tantísimo tiempo. There’s nothing you can say to him, he is without a heart and the space has been broken

23 de marzo del 2017, Barrio Escalante, 12:03pm: Paso por una de esas compulsivas revisiones de Instagram Stories, solo para encontrar que es oficial: el álbum se llama “Humanz”, saldrá el 28 de abril. Hay video nuevo en YouTube. Colapso total, felicidad total. Es como ver Nickelodeon otra vez.

Desde octubre han pasado un sinfín de cosas en el universo de Gorillaz: pequeños “libros” en todas las redes sociales -pero que se ven mejor en Instagram- relatan qué ha pasado desde Plastic Beach con los cuatro personajes, mensajes misteriosos en Snapchat, un sencillo con Benjamin Clementine que divide a seguidores de la banda (como siempre), Noodle es la embajadora mundial de Jaguar Racing y tiene un Instagram, entrevistas con los cuatro grandes en diferentes revistas, playlists creadas por los miembros en Spotify y Soundcloud.

Todo lo anterior es un pequeño comienzo. Cada día reviso la página de Face esperando a que salga algo nuevo, por que esto está pasando: se leakean canciones, salen cuatro sencillos de un solo golpe, “Saturn Barz” rompe el récord de video VR más visto en la historia de YouTube, se anuncia el Demon Dayz Festival, nuevos artes, nuevas entrevistas, salen dos aplicaciones para dispositivos móviles, shows sorpresas, artículos exclusivos gracias a la unión con Telekom Beats; se anuncia un programa de televisión (culminando así más de 12 años de intentos para desarrollar algo parecido a una serie o película); se abren “Spirit Houses” en diferentes partes del mundo para que los curiosos las visiten a través de la aplicación –se activan por tres días, uno llega al marcador del GPS y se puede oír la versión standard del disco de principio a fin–.

Es una avalancha abrumadora de contenido, toda tan llamativa como la anterior. La banda virtual más importante de todos los tiempos ha vuelto, explotando cada gota de los medios tecnológicos que tiene a mano, metiéndonos en una especie de juego que saben que estamos deseosos por jugar.

Entre más entrevistas leo, más interesante me parece la narrativa de Humanz. “Imagine una noche en la que todo lo que creía se puso de cabeza. ¿Qué haría?” es la pregunta inicial que enfrentaron los colaboradores del disco. Esta es la construcción de una “fantasía oscura” según Damon, a la cual habría que aproximarse con “alegría, dolor y urgencia”. Así empiezan, con esas reglas del juego, de ahí en adelante la música evoluciona a su antojo, encontrando caminos impredecibles en cada esquina.

Para el 26 de abril han salido seis sencillos, la emoción y el hype están a flor de piel, alimentados aún más por la visita a la Spirit House que había en Plaza Viquez, donde solo pude oir la mitad del disco porque se fue la batería del celular y la conexión de internet iba y venía.

Intentamos armar un listening party –que nunca se dio– para la fanaticada, pero este disco lo viviría de una manera diferente… especial. La vida y sus vueltas confabularon para que eventos dolorosos y confusos aparecieran, rompiendo mi cotidianidad, los días anteriores al lanzamiento del disco. A la vez, como un acto de redención, se presentó la oportunidad de realizar un viaje cuya ruta era: San José – Santa María de Dota – Ciudad Cortés – Playa Negra – San José, todo en un lapso de tres días, iniciando el mismísimo 28 de abril que salía el disco. El viaje sería junto a tres de los humanoz más interesantes que conozco, también fieles amantes de Gorillaz. Esto debía ocurrir y ocurrió.

Empezamos a escapar de Plastic Chepe, preparamos el set mental inspiracional adecuado (eran como las 4:20pm) y le dimos play a “Humanz”. Los momentos de silencio se turnaron con momentos de “cantar” las partes que habíamos memorizado de los sencillos. Tantas colaboraciones, todo era tan electrónico pero tan distinto al mismo tiempo, diferentes tipos de voces y combinaciones, cada vez que una nueva canción aparece es una sorpresa, cada uno determinando cuales son sus favoritas, con momentos de acuerdo pero discrepancias también -difícil que no sea así cuando el disco tiene 26 tracks-.

Subimos el Cerro de la Muerte, vimos las estrellas en Dota, vimos “Bananaz”, anduvimos por el Térraba en lancha, atravesamos La Costanera (una vez y media), cayó un aguacero, nos bañamos en el mar de Guanacaste, agarramos la 27. Plastic Chepe nos ganó, volvimos a él. Suenan “Andromeda” y “Busted and Blue” como mil veces y el resultado siempre es el mismo: la piel se eriza. “Where do they come from? The wires that connect us”

Y aquí estamos, cuatro amigos –¿al igual que los cuatro Gorillaz?–, cada uno muy diferente, con sus tramas, ansiedades y crisis existenciales, haciendo de sus problemas tormentas personales que se viven bajo diferentes métodos, ¿cómo no? Los que vamos en el carro tenemos entre 20 y 25 años, todos humanos al fin y al cabo, con la misma posibilidad de intentar hacer las paces con el mundo, con sí mismos, de sentirse unidos por una banda, por la música como tal.

Creo que ese es al punto al que nos lleva el álbum al final. Sí, es cierto, esta es la fiesta del fin del mundo y cada quien la afronta a su manera –entregándose a la anarquía, levantado la voz por la justicia una última vez o recluyéndose en la introspección– pero al final un lazo irrenunciable nos une, nuestra condición de humanidad. “When the morning comes, we are still human”.

Mucha gente se ha pronunciado en contra del disco, criticando la avalancha de colaboradores y la poca participación de Damon (eh digo… 2D) en las voces, pero bueno el mae tocó todos los instrumentos del disco y lo co-produjo… no es como que no hizo nada. Otros lo alaban y dicen que es lo mejor que les ha pasado en la vida. La crítica aplica las mismas. Si me preguntan, el veredicto final que puedo dar es: no es mi disco favorito, pero me encanta.

Tiene piezas poco memorables, pero otras realmente me construyen y destruyen de maneras que no esperaba, además de levantarme ese nivel de curiosidad musical inherente a la banda. Como prueba de ello es que si se ponen a buscar más música de las personas que contribuyeron, se encontrarán joyas como los discos de Kilo Kish, Peven Everett, Kali Uchis, entre muchos más. “And thank you my friend for trusting me. Hallelujah”

4 de mayo del 2017, Barrio Naciones Unidas, 9:35 pm: Llueve sin parar en los Barrios del Sur. Suena “She’s My Collar” en mi computadora, Spotify es el culpable. También tengo el disco descargado en la compu, lo encontré en un link de youtube, ya nada es sagrado. Igual quiero tener una copia original del disco, ya saben… el fetiche de lo físico… lo lindo de estar entrando al segundo lustro de los 20s es que al fin la palabra nostalgia empieza a cobrar un significado más complejo.

Este artículo ha durado más de lo que hubiera querido escribiéndose, pero bueno, si iba a contarles la historia… mejor que fuera relativamente completa…¿no?. Durante este tiempo he aprovechado para preguntarle a mis amistades que aman Gorillaz –o al menos lo aprecian lo suficiente cómo para decir “uuuu de fijo mae….que buena pieza”–, cómo fue que los conocieron, qué los atrajo ¿fue amor a primera vista?

Los testimonios tienen la constante de que la primera vez fue algo casi hipnótico, una necesidad de saber más, de oír más; un ingreso a un universo post-apocalíptico, casi distópico, en donde el asombro y la novedad eran regla. Para nosotros cuatro caricaturas se convirtieron en una revolución audiovisual, transmediática y emocional, mucho más real que la que el pop prefabricado y genérico nos vendía.

Han pasado casi 15 años desde que “Clint Eastwood” y “19-2000” tomaron el control de millones de pantallas alrededor del mundo. El repasar la música y audiovisuales de Gorillaz ahora resulta un poco más sencillo, porque al fin tengo herramientas para entender qué carajos era lo que estaba pasando y el sentimiento parece ser algo colectivo.

“No puedo dejar de oír Gorillaz”, le escribo a mi hermana por Messenger. Ya no vemos tele, ni vivimos juntos, nos hablamos muy poquito y a veces nos vemos una sola vez al mes. Creo que ya no nos acordamos de nombres de personas y lugares que visitamos, pero si suena “19-2000” se las cantamos completa. “Yo siempre vuelvo a Gorillaz *emoji de corazón color morado*” me escribe a los pocos minutos. Siempre volveremos a Gorillaz, por que hubo un antes y un después cuando los conocimos.

El mundo de la música, del audiovisual, de la transmedia volverá siempre a Gorillaz para entender su transformación como producto y acto artístico, nosotros volveremos a Gorillaz para sentirnos bien, pero principalmente eso… para sentir, porque esto de reprimir sentimientos y estar atrapado por un bombardeo nihilista en forma de memes puede volverse agotador al final del día. “In these times of sedition, well, nothing is dull and I’m moving into stillness and recalling it all, and I’m a lover, just a lover, just a lover, just a lover…”

11:11pm del mismo día: Suena “Hong Kong”. Le acaba de pegar la última revisada al texto. Tengo los ojos llenos de lágrimas y no puedo ver bien el teclado. Recordar mucho puede provocar efectos secundarios. “The radio station disappears, music turning to thin air, the dj was the last to leave, she had well-conditioned hair, was beautiful, but nothing really was there”.

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