El concurso de belleza organizado por la Sede Liberia de la Universidad Nacional reproduce muchísimo roles de género, no los rompe. ¿Por qué nos debe importar esto?

Yo estudié en la Sede Central de la UNA. Estudié una carrera que fue creada para discutir temas de género. Cuando entré, hace bastante tiempo ya, se me abrió otra visión de mundo. Aquí podíamos hablar abiertamente de estereotipos, prejuicios y buscar formas para luchar contra la discriminación y el machismo, desde una enorme diversidad de enfoques.

En la UNA, así como en la UCR, he visto anualmente un sinfín de campañas contra la violencia hacia las mujeres, contra el acoso sexual, contra la discriminación, promoviendo siempre la igualdad. A pesar de las contradicciones que existen dentro de estas instituciones, me he sentido privilegiada de formar parte de un ambiente seguro que busca contribuir a la transformación de la sociedad.

Descripción del concurso:

«Con el siguiente objetivo: Incentivar a la comunidad estudiantil femenina a integrarse a participar en la semana universitaria con más variedad de opciones para escoger, con esta actividad.»

Tomado de la página de Facebook de Miss UNA Liberia.

Tantos años después de pasar discutiendo estrategias para luchar contra el sexismo, la misoginia y el sistema patriarcal en el que vivimos, aparece el «concurso de belleza»: Miss UNA Liberia. Donde para celebrar la semana universitaria, la forma en que se organizaron para demostrar la Autonomía Universitaria en la Sede de Liberia, fue poniendo a competir a una serie de mujeres para que un jurado escoja quién es la «más bella».

¡Qué mejor manera de formar un estudiantado crítico que objetivizar a las mujeres como parte de las actividades oficiales de la Semana Universitaria!

Miss UNA 2

Imagen tomada de la página de Facebook del concurso Miss UNA Liberia

Este concurso ha hecho que tanto quienes forman parte de la Universidad como quienes no reaccionen con indignación.  Nos oponemos a seguir perpetuando el sexismo que conllevan estos concursos, cosificando la imagen de la mujer y legitimando los estándares de belleza impuestos socialmente a las mujeres.  Además, estos refuerzan la idea de que los espacios para la participación de las mujeres son solamente para decoración, y que no como seres pensantes y capaces de crear conocimiento.

Esto no sólo ocurre en la UNA. Hace poco la U.I.A causó conmoción al lanzar una imagen publicitaria en donde sólo salen hombres.  La imagen hablaba por sí sola: el mundo de negocios es exclusivamente para los hombres. Este tipo de campañas y concursos nos recuerdan que nos queda mucho camino por recorrer. Dentro de las universidades públicas y privadas se siguen reproduciendo estereotipos que de género que excluyen o nos cosifican. Nuestros espacios dentro de la academia siguen siendo invisibilizados.

Miss UNA

Imagen tomada de la página de Facebook de la U.I.A

Más allá de los argumentos en contra de este concurso que acontece en Liberia, que podemos extrapolar a cualquier otro concurso de belleza tradicional que existe en el mundo, así como la publicidad de la U.I.A, reaccionamos agitadamente exigiendo que se ponga un alto a la campaña, o que se anule el concurso.

Pero la discusión debe ir más allá, estos recordatorios de que nuestro lugar y nuestros aportes en la Universidad no son reconocidos debe llevar a discusiones más amplias dentro de la Educación Superior y la Educación en general.  No basta con apagar el fuego. Debemos buscar las raíces estructurales que han permitido que se llegue a este punto y combatirlas desde ahí para que no se repitan.

Estos ejemplos deberían llevarnos a preocuparnos por qué surgieron estas idea, por qué se apoyaron y qué podemos hacer para no solo para pararlas, sino para reparar el daño hecho, debe de generarse un espacio de reflexión en esta y todas las universidades donde se toque el tema de los estereotipos de género y cómo se representan los mismos en los concursos de belleza, en la publicidad sexista y otros espacios cotidianos.

Este es un buen momento para reforzar campañas de sensibilización y por sumar esfuerzos para construir a universidades conscientes y críticas en su totalidad. Que el espacio seguro que ha representado para mí la UNA en muchas ocasiones, lo sea en todos los rincones del país. La Universidad será feminista, o no será.

 

Nota de la editora: Días después, la UIA trató de enmendar la metida de patas al poner la foto de una mujer al frente. Pero, ¿adivinen qué? Todos los demás son hombres… blancos. Si de publicidad inclusiva se trata, creo que definitivamente podemos eliminar a esta universidad de la lista.

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