De noche todos los gatos son negros fue un evento autogestionado en Galería Despacio, que buscó celebrar la animación independiente. Se presentaron los cortometrajes “Cococo” de Julián Gallese y “Chaves en la Foto” de Alejandro Bolilla, junto con el largometraje de Guillermo Tovar y Nadia Mendoza “El Cumpleaños Esotérico”

La iniciación

A Alejandro Bonilla ya lo conocía, pero no tenía idea de quién era Julián Gallese hasta que lo vi junto con Ale y Diego comiendo con servilletas en la cabeza. Los tres con la chispa que produce la falta de sueño. Me intentaron explicar de qué se trataba lo que estaban haciendo, pero no les entendí.

Unos años después los entrevisto para esta reseña. Hablamos de la animación independiente, sus conflictos con la industria de la animación, sus intereses y el nacimiento de su relación en este campo.

Todo fue culpa de Guillermo Tovar. Él comisionó una animación y no les puso ningún límite. Al tratarse de ellos, trabajar sin límites podía ser una muy mala idea (o una muy buena) – imposible saberlo. Nadie, ni siquiera Guillermo, sabía cuál podía ser el producto resultante de esa mezcla.

Fotografía por Italia Cardinale.

Ale y Julián me cuentan que aunque el resultado de ese proceso aún no ha visto la luz, las intenciones de Guillermo iban más allá. Se trataba de unir a tres animadores independientes. Guillermo jugaba el rol del sabio que montó una iniciación a lo que Ale describe como una “cofradía de estupideces”, un culto de animadores independientes.

Empezaron yendo a un parque a hablar, iban a desayunar con Guillermo, jugaban fútbol, gastando 3 de 4 semanas del mes sin llegar a hacer lo que se suponía que tenían que hacer. Al final terminaron haciendo todo en una semana.

La experiencia hizo que se les cumpliera esa utopía de trabajar juntos, aprender de lo que hace cada uno, compartir en un espacio sus ideas, técnicas, gustos, experiencias. Ambos mencionan lo importante que fue ese proceso: a partir de eso trabajan juntos, no necesariamente en los mismos proyectos, pero comentando todo lo que hacen.

Fotografía por Italia Cardinale.

La creación

Cuando Ale habla del brete de Julián, lo hace con mucha emoción. Una emoción parecida a la que muestra cuando habla de las animaciones que lo influenciaron, que le fueron mostrando otras formas de acercarse a la animación, otros lenguajes.

“Es lo que sucede en el trabajo de Juli, hay algo pasando que uno no se lo va a topar de forma cotidiana. Que bueno que existe, que es tan particular y que está tan cerca de uno.

Cuando vi Cococo, el cortometraje de Julián, recordé las palabras de Ale sobre lo reflexivo que su trabajo. Tan “que no pasa nada” y eso hace que uno centre la atención en cada detalle, en cada cosita que se mueve.  En la vaca del fondo o el señor moviendo la botella en el aire. Ale destaca de Cococo la escena del desayuno, el ritmo pausado en el que se mueve, las cosas estáticas y las que se mueven ligeramente.

Fotografía por Italia Cardinale.

En Cococo se recorren los escenarios y cuando se vuelve a pasar por ellos parecen ser los mismos pero en realidad hay muchas cosas pequeñas, casi imperceptibles que han cambiado, hay que volver a recorrerlos con la misma atención que la primera vez.

“Uno no sabe cuál es el chiste pero está atento a todo lo que está pasando” resume Ale.

Still de «Cococo» por Julián Gallese.

Julián me dice que para él lo que Ale cree de su trabajo son muchas de las cosas con las que él se ha inspirado del estilo de Alejandro. Habla de la forma inusual que tiene para  solucionar muchas cosas. Los encuadres cinemáticos, las tomas, los cortes. Lo pausado de su trabajo, asegura que es una mezcla que viene de haber trabajado juntos.

“Chaves en la foto”, el cortometraje de Alejandro Bonilla, es un buen ejemplo de esto. El cortometraje nace a partir de la colaboración con Luis Chaves, se escucha en el fondo la presentación de uno de los textos de Chaves, la voz única del escritor interpretando su texto, al frente la interpretación animada de Alejandro.

La diversidad de técnicas que se logran ver muestran a un creador con muchos intereses y cómo logra complementarlos en su obra. La cualidad cinematográfica que menciona Julián es clara en el corto. Un punto de vista distinto que se traduce en el encuadre, en las perspectivas distorsionadas. Un universo completo que se complementa con la distintiva voz y palabra de un autor como Luis Chaves. Lograr esto es un reto en sí mismo porque ya la palabra de Chaves tiene algo distinto y lograr aportar visualmente a algo tan rico en imágenes es un reto grande que Alejandro enfrenta de la forma más audaz.

Para Julián, Alejandro es uno de esos personajes que lleva la bandera de hacer cosas diferentes, de no verse consumido por la industria, de hacer animación de autor y mantener su huella. “Eso a la larga llega a crear un movimiento, que es muy poquito ahora y esto es una celebración de eso. Hay algo ahí que está pasando” dice Julián.

 

 

Julián y Ale hablan de cómo será hacer una película. No dejan de sorprenderse ante lo que significa “El Cumpleaños Esotérico”. Hablan del reto que eso implica, los años de trabajo, la habilidad – aún por desarrollar – de pedir fondos para proyectos de este tipo.

Ver “El Cumpleaños Esotérico” es una experiencia increíble e inmersiva, casi al punto en que uno olvida lo que significa esto para la animación independiente en el país. Nadia Mendoza y Guillermo Tovar se enfrentan a su propia creación y al reto que implica un trabajo de este tipo en un país con poca historia de animación. Su batalla es comparable a la de los personajes, la búsqueda por crear el primer largometraje de animación en el país. La película – como el cumpleaños del personaje – es el evento más importante para la animación en un país como Costa Rica.

 

La Celebración

Hacer animación independiente en el país no es sencillo. Son horas de trabajo. Son meses haciendo trabajos comerciales para poder dedicar más meses de trabajo en un corto de unos cuantos minutos. Son años de enfrentarse a un proceso que parece majestuoso.

Ale y Julián me hablan de su interés por ir a buscar más personas que estén haciendo esto. La búsqueda por generar esa misma sensación que les produce ver algo nuevo gestándose, otras visiones, nuevas voces en la animación local.

La palabra que más usaron para describir qué significa este evento para la animación independiente fue “Celebración”. Celebrar cómo se celebran las batallas, incluso las que aún se están dando.

 

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