Mi primer acercamiento con Handmaid´s Tale o Cuento de la Criada fue hace poco más de un año. Se enmarcó en la reaparición del libro en las listas de más vendidos, escuchados y leídos en Estados Unidos después de la terrorífica elección de Donald Trump, y el estreno de la oportuna serie por el servicio de streaming Hulu.

En ese momento me compré el audiolibro, lo escuché, me fascinó. Claro que como feminista me tocó profundamente pero no lo sentí personal, o realista, o cercano. La cosa es que ahora -en la era post el susto de Fabricio- vi la serie, volví a escuchar el audio libro, le pegué unas cuantas ojeadas al libro impreso, y lo viví distinto.

Handmaids Criollas

El 4 de febrero del 2018, día de las elecciones presidenciales en Costa Rica, nos enteramos que un grupo de mujeres fue a votar con la ropa de las criadas en la distopía de Margaret Atwood: vestido rojo largo y gorro blanco que tapa la visión hacia los lados (evita que ellas vean, pero también evita que ellas sean vistas, nos cuenta June). Esto como medio de protesta con respecto a todo lo que estaba pasando políticamente en el país.

Tenían miedo del candidato que había subido en las encuestas en las últimas semanas, el diputado-cantante-salmista-neopentecostal-fundamentalista Fabricio Alvarado. Con pánico muchas personas en el país vimos que él ganó la primera ronda electoral con su discurso antiderechos, conservador, discriminatorio y excluyente, pero (por suerte) no le dieron los votos para alcanzar el 40% necesario para no tener que pasar a segunda ronda.

Los dos meses entre el 4 de febrero y el 1ro de abril (fecha de la 2da ronda) fueron … surrealistas. Entramos en caos, en crisis, en pánico. Personas de otros partidos, personas que nunca han participado de uno, personas cero interesadas en política, miles y miles se unieron en distintos espacios para hacerle frente a la amenaza fundamentalista. Esto afectaba no solo a la población LGBTI, sino también a las mujeres, a las empresas turísticas, a la institucionalidad, al Estado de Derecho, a la democracia.

¿Piensan que exagero?

Pues no, Fabricio solito se dedicó a argumentar por nosotras. Él solito nos regaló momentos inolvidables como cuando dijo que él no discrimina a las personas LGBTI e incluso está de acuerdo “en que las personas que quieran salir de la homosexualidad deben tener un espacio donde sean atendidas y restauradas». ¿Proponía él espacios como el Red Center donde “reeducaban” a las mujeres de Gilead?

En su plan de gobierno original (tan desastroso que luego tuvo que sacar un 2.0 que tampoco le ayudó mucho) el primer capítulo se llama Cristianismo social: una ideología para todos. ¡Le querían (quieren) imponer su religión y moral al país entero! En el mismo documento nos llama nazi fascistas a las personas que disentimos con ellos, las que defendemos los derechos humanos, las que cuestionamos sus imposiciones.

Durante su periodo como diputado, y luego como candidato, se pasó nuestra constitución varias veces por el ramasheka. La irrespetó miles de veces, sin vergüenza ni pudor alguno. Para él está bien poner su religión por encima del orden jurídico del país.

ARTÍCULO 28 (…) No se podrá, sin embargo, hacer en forma alguna propaganda política por clérigos o seglares invocando motivos de religión o valiéndose, como medio, de creencias religiosas.

También habló barbaridades, dijo mentiras, luego se desdijo y volvió a decir, sobre la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Afirmó que, de ser electo presidente, no iba a obedecer el pronunciamiento sobre la Opinión Consultiva 24, que nos iba a sacar del sistema interamericano de DDHH, que la Corte estaba violentando nuestra soberanía, que las opiniones consultivas no son vinculantes, etc etc. Contradijo a la Constitución Política, la Convención Americana de  Derechos Humanos, el jurisprudencia de la Sala Constitucional, la Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados.

…La República de Costa Rica declaró reconocer, sin condiciones y durante todo el lapso de vigencia de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la competencia obligatoria de pleno derecho y sin convención especial de la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
Reconocimiento de Competencia de CR a la Convención Americana de DDHH

Fabricio y su gente también cuestionaron dos de nuestras instituciones con mayor credibilidad en el país, la Universidad de Costa Rica y el Tribunal Supremo de Elecciones. Cuando se publicó la última encuesta del CIEP el diputado liberacionista, Rolando González denunció que había recibido información de que esta encuesta había sido manipulada, nunca mostró evidencia alguna.

En la encuesta se mostraba la intención de voto de un 43% a favor de Fabricio Alvarado, y de 42% para Carlos Alvarado, un empate técnico porque el margen de error era de 2,8 puntos. Fabricio también canceló su participación en el debate organizado por la U (entre muchos otros a los cuales él y sus dos vices no asistieron).

Dijo que el TSE le ha querido poner una mordaza a su campaña, también aseveró que la institución “ha quedado debiendo”, y reclamó a los magistrados y magistradas que le llamaron la atención a pastores y sacerdotes por su involucramiento directo y descarado en la campaña electoral. En una reunión secreta de Fabricio con pastores y políticos evangélicos se expresaron cosas que todavía hoy me dan miedo.

-Estaba comentando a los dos diputados actuales y a Fabricio, creo que por parte del abogado de la Alianza hay un proyecto para regular el abuso del TSE, porque es un abuso de la A a la Z.
-Yo espero que los diputados actuales y futuros puedan hacer un proyecto que está impulsando la Alianza para poner en sitio al TSE.
-El TSE nos ha querido poner una mordaza, amarrar las manos, pueden cerrarnos las puertas, que nosotros sabemos por donde entrar, pero nadie nos va a sacar de este baile.

Luego del resultado arrollador de la segunda ronda, las personas que lo apoyan (quienes lo apoyan genuinamente, no los oportunistas que desaparecieron el 1ro de abril) salieron a gritar FRAUDE, buscaron todas los argumentos para justificar su postura. Argumentos que iban de lo ridículo a lo vergonzoso. Que no se podían contar 2 millones de papeletas tan rápido, que los porcentajes no calzaban, que habían más banderas de Restauración en la calle que del PAC (qué congoja).

Las mujeres -para Fabricio- somos ciudadanas de segunda categoría, somos sagradas, intocables por ser madres o posibles madres pero no somos seres humanos. Mil veces habló de cerrar el INAMU y crear el Instituto de la Familia, porque las mujeres somos solo en el seno de la familia, no somos más que madres y esposas.

Propuso un proyecto de ley para aumentar las penas por aborto y  apoyó el proyecto de su compañero Gonzalo Ramírez que busca restringir el aborto terapéutico a solamente afectaciones graves a la salud física de las mujeres. Esto nos hace retroceder casi 100 años en materia de acceso a los derechos sexuales y reproductivos en Costa Rica.

Combatir las propuestas radicales en el desarrollo de políticas de equidad de género, de tal manera que se logre la integralidad y el balance necesario para construir el futuro en condiciones de verdadera equidad entre hombres y mujeres.

Página 100 plan 2.0

Fabricio también tuvo sus problemas con los medios de comunicación, desde prohibirle a su fracción electa dar declaraciones a la prensa hasta cancelar su participación (y de sus vices) en montones de debates. Pasó por el lamentable hecho de hacer a periodistas someterse a un cuestionario de filtros y censura antes de poder preguntarle algo directamente. Hablemos de democracia sin acceso a la información.

 

En el libro How Democracies Die, Steven Levitsky y Daniel Ziblatt cuentan cómo, en la historia reciente, los regímenes totalitarios no llegaron al poder a través de los partidos tradicionales ni son de los políticos de siempre. Normalmente quienes llegan al poder para romper con la democracia establecida son outsiders, gente que reniega del sistema, muchas veces un sistema roto, desigual, deslegitimado, sí.

Estas personas no llegan solas, llegan con el apoyo de las personas del establishment, políticos tradicionales que piensan que “no es pa tanto”, que “mejor estar adentro y de ahí controlo que no todo se vaya al carajo” (te hablo a vos, Ronny Monge), que “nada va a pasar”.

Los autores mencionan cuatro puntos para tener en cuenta con los candidatos para ver si está en riesgo nuestra democracia. 1) rechaza o tiene poco compromiso las reglas democráticas; 2) niega la legitimidad de sus oponentes; 3) tolera o incita a la violencia; 4) muestra tendencias hacia la negación de libertades civiles de oponentes, incluidos los medios. Ellos aclaran que aunque sea con solo uno de estos puntos nos debemos preocupar, yo aquí veo al menos tres claramente ejemplificados con las acciones de Fabricio en los últimos meses.

Esto me hacer recortar este tuit que hace poco más de un año se viralizó.

           Hagamos la prueba, veamos cómo nos va.

Nacionalismo: check

Irrespeto a los DDHH: doble check

Un enemigo en común: (ideología de género) check check

Supremacía del ejército: No tenemos pero la mano dura de Álvaro Ramos fue suficiente, semi check

Machismo: +1000 check

Medios de comunicación controlados: check

Obsesión con la seguridad nacional: check

Religión mezclada con política: (aaaay Fauri, qué fácil nos lo ponés) check al cubo

Protección de poderes corporativos: check

Amenaza a los poderes (derechos) laborales: check

Rechazo al intelectualismo y el arte: check

Obsesión con el crimen y castigo: check

Amiguismo y corrupción: (holi fracción electa, holi Abelino, holi Otto) check

Elecciones fraudulentas: Nop, pero gritaron lobo cuando perdieron

¿De qué nos salvamos?

A mí no me digan que exagero, que esto no puede pasar, que en Costa Rica no, que acá somos especiales. Todo el mundo se cree especial, que su país es el mejor, que ahí son diferentes. Pero no, ningún país está exento. No puedo parar de pensar en esto, tengo una obsesión con las fotos de antes y después de cambios políticos extremos y ahí vemos gente que jamás pensó que lo que iba a pasar podía pasar.

Fotos de Siria antes del 2012, de Berlín antes del nazismo y después de la caída del muro, Irán antes de la Revolución Islámica. También pienso en los tiempos de la prohibición en EEUU, en Chile después del 11 de septiembre del 73, Nicaragua hace dos semanas que no imaginaba en lo que estaría hoy.  

¿Por qué nos salvamos? No es porque somos más inteligentes, ni somos superiores, ni somos un país “bendecido”. Nos salvamos el culo porque antes de que todo se fuera al carajo, antes del punto de inflexión, nos sentamos a hablar y llegamos a consensos, dejamos ir ideas (muchas de las cuales no nos hacen nada felices), aceptamos otras, escuchamos, tratamos de entender, nos dimos cuenta que no soy el centro del universo.

Y no, no hablo de las negociaciones PAC-Piza. Hablo de nosotros y nosotras, de la ciudadanía, de las familias. De la abuela que se hizo la loca cuando le hablaban de Estado Laico, de la activista que aceptó dejar un toque de lado matrimonio igualitario, el liberal progresista que prefirió que le dijeran abiertamente que le van a meter más impuestos, del sindicalista que no cortó una calle cada vez que se mencionó “empleo público”. Tal como en la resistencia de la serie de Handmaid’s Tale, vemos a una monja y un hombre gay unirse para escapar del fundamentalismo represor.

Nos salvamos porque los partidos políticos, representantes y militantes también se sentaron a dialogar, a buscar puntos en común, temas en los que había que ceder, temas en los que aceptamos que nunca íbamos a estar de acuerdo. Un ejemplo es el documento que firmaron Carlos y Piza donde ninguno cede en matrimonio igualitario pero siguen trabajando en lo que sí pueden ponerse en común.

También tuvimos figuras valiosas y valientes como María Luisa Ávila y Leonardo Garnier que, desde que vieron que la propuesta de Fabricio era contraria a todo lo que creían, no duraron mucho en ponerse del lado correcto de la historia, del de la dignidad humana y la inclusión a pesar de los ataques del PAC hacia el PLN y sus críticas al gobierno actual, a la gestión de Carlos como Ministro y a la campaña.

Costa Rica en el 2018 no es un caso extraordinario, ya en muchos países se han sentado a hacer alianzas por una meta en común, ya acá también lo habíamos hecho con el pacto entre el comunismo, el calderonismo y la Iglesia Católica. Gracias a esto, todavía en la actualidad, gozamos de las Garantías Sociales que nos heredaron.

Lo que se viene

Se viene una asamblea legislativa compleja, sabemos que no vamos a avanzar pero me parece que no esperamos mucho de eso. Nos toca sostener desde las curules aliadas, los partidos políticos, los movimientos sociales, los medios de comunicación, la población en general.

No podemos permitir que nos quiten lo que hemos alcanzado. No podemos permitir que pongan en riesgo los derechos a los que ya hemos podido acceder. Y no hablo solo de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, hablo de TODO, de la U pública, de los derechos laborales, de la Caja, de las libertades más básicas como poder expresarnos libremente (y hacerle daño a nadie) sin que nos llamen nazi fascistas.

Nos toca luchar por que no nos impongan “valores tradicionales” llenos de estigma y violencia. Que no nos digan que nuestra forma de amar y de vivir no es la correcta o que nacimos en cuerpos equivocados, que nos roben de nuestra solidaridad y sororidad. En Handmaid´s Tale (como muchas veces en nuestra realidad), las mujeres son las principales enemigas de las mujeres. Si no nos logramos unir, no nos logramos salvar.

He leído y escuchado gente diciendo que su voto por Carlos no fue un cheque en blanco. Yo me pregunto ¿cuándo un voto lo es? ¿en todos tus votos anteriores no te lo habías planteado? Es nuestra responsabilidad siempre estar vigilantes, usar todas las herramientas de fiscalización ciudadana que tenemos, aprovechar todos los espacios de participación e incidencia.

En el libro, June cuenta cómo ella no participaba, no se involucraba ni marchaba, no manifestó oposición hasta que fue demasiado tarde, hasta que la privaron de sus derechos más básicos. Hasta que le tocaron lo suyo, ella actuó. No esperemos a que pase algo extremo, seamos ciudadanía activa siempre, todos los días. Toda democracia es frágil y también es nuestra responsabilidad cultivarla y cosecharla.

Busquemos puntos en común y trabajemos desde ahí. Dialoguemos sobre nuestras diferencias y tratemos de buscar siempre el bien común, por el respeto a la dignidad humana, por la inclusión social, por ponerle un fin a las desigualdades e injusticias que están en todo lado. No seamos espectadoras pasivas. Tomemos los espacios y no permitamos que quienes nos ven como úteros con piernas decidan por nosotras.

Ya vimos el miedo de frente y logramos alejar la amenaza. Por eso Handmaid´s Tale es tan importante y relevante hoy. Nos dice que si no actuamos podemos perder todo ante quienes sí se mueven, ante los discursos populistas de quienes nos dividen, nos quieren controlar y manipular.

Ellos tienen los púlpitos de las iglesias neopentecostales que se multiplican como piojos, de las iglesias católicas, de sus nuevas curules. Nosotras tenemos nuestra voz y las herramientas que -aún- el país nos da. Tenemos nuestros úteros, ovarios, dedos y cuerdas vocales, no los vamos a  ceder porque no hay mayor distopía que la que sabemos posible.

Las mujeres no somos un frasco para que otros observen cómo germina en nosotras la continuidad de un sistema de crimen y exclusión.

La actriz Muriel Santa Ana ante la comisión legislativa del Congreso Argentino que está en audiencias sobre el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo.

Si no sabés qué es Handmaid’s o tenés una leve idea

No soy buena resumiendo, pero voy a hacer el intento. Handmaid´s Tale es un libro escrito por Margaret Atwood en 1985, a la pura mitad de los 8 años que gobernó Ronald Regan. En él se nos presenta un Estados Unidos desaparecido gracias a un régimen religioso totalitario, ahora el país se llama Gilead, está compuesto por distintas castas, y es gobernado por un grupo llamado Hijos de Jacob. Offred, la narradora y personaje principal, es una mujer cuyo único valor en la sociedad es por ser fértil, por tener la capacidad de quedar embarazada y de producir bebés sanos.

La población se está reduciendo debido a que la contaminación causa esterilidad de las personas adultas y, por ende, son incapaces de reproducirse. Por esto las mujeres como Offred son valoradas porque son objetos capaces de gestar. Ellas deben vestir siempre de rojo, pertenecen a un comandante y su esposa, son violadas una vez al mes. En caso de producir un bebé, este se les quita y a ellas las mandan a otra familia a repetir el proceso.

El nombre de las criadas viene del nombre del comandante. (En inglés es Offred, en español es Defred, pero no puedo con esas traducciones donde se pierde la mitad del significado. También están Ofwarren, Ofglen, etc). Cuando ellas cambian de casa y de comandante, cambian de nombre. Ni eso les es propio.

En Gilead a las mujeres no les permiten leer, ni tener propiedad, mucho menos decidir sobre sus cuerpos. En este mundo no existen solo las Criadas, también hay otras categorías como Esposas que visten de azul claro; las Hijas (son pocas), de blanco; las Tías, de café; las Marthas, de verde; las Econowives son mujeres pobres que deben cumplir todos los roles, por lo que su ropa es de rayas de colores y tela barata.
También están las Jezabels, en explotación sexual comercial, y las que mandan a “las colonias” (donde nadie quiere ir) que son (somos, seríamos) las lesbianas, las feministas, las rebeldes, las monjas, las que no pueden parir, las viudas, en fin, las Nomujeres.

En el libro nunca sabemos el verdadero nombre de Offred pero suponemos que es June, en la serie ella abiertamente dice “my name is June”. Nosotras la llamaremos June de ahora en adelante. Ella nos narra la historia en 3 momentos, el presente y dos tiempos de flashbacks, primero los en el Centro Rojo (un antiguo colegio que ahora se usa para reeducar a las mujeres fértiles para convertirlas en Criadas). Luego los de su vida “normal”, la del tiempo de antes cuando vivía en lo que todavía se llamaba Boston.

Ella estaba casada con un hombre divorciado y tuvieron una hija. Trataron de huir cuando la cosa se puso fea pero no lo lograron. Pero bueno, recomiendo que lo lean. También recomiendo que, si pueden, lo lean en inglés y antes de ver la serie.

 


Las fotografias fueron tomadas para  EFE por Jeffery Arguedas en «Somos Nuestras» 

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