La crítica y aportes en los estudios de la mujer en Costa Rica de Yadira Calvo ha resonado en una cultura machista.

“La hora en que termine la subordinación de las mujeres parece lejana todavía porque la sociedad está orientada hacia la preservación de las tradiciones […] En Costa Rica todo está por hacerse”

En La inteligencia sojuzgada, Yadira Calvo, al igual que Sor Juana Inés de la Cruz, contradice a Calderón de la Barca al decir: “Sepa una mujer hilar/coser y echar un remiendo/ que no ha de menester saber/ gramática ni hacer versos”. El conocimiento, tanto para Yadira, Sor Juana como otras mujeres intelectuales, es una motivación individual que cada persona decide si lo cultiva o no. Yadira Calvo, una cartaginesa nacida en el pueblo de Tucurrique, es una de esas personas a quien el conocimiento y las letras premiaron con una avidez intelectual y ensayística palpables, se convirtió en la piedra angular de los estudios de las mujeres.  

Fue merecedora del Premio Magón del 2012 y muchos otros reconocimientos —Premio Nacional Aquileo J. Echeverría, Premio UNA-Palabra, etc.—.  Esto es importante viniendo de un país como Costa Rica, donde la ciudadanía se enorgullece de ser igual y cuya felicidad carece de toda perspectiva de género.  En este territorio construido por hombres y señores, pero también por mujeres y señoras cuyos logros han sido difuminados en la historia oficial.

Ahí estaba Yadira, en una clase magistral, iniciando su educación primaria y carente de toda confianza en quienes la conforman: su ensayo fue reprobado por su maestra pues la complejidad de tal escrito trascendía hasta los entendimientos de la educadora. Plagio fue el diagnóstico. Sin embargo, quienes conocieron a aquella niña sabían que era producto de una inconmensurable pasión por el conocimiento.

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Años después, con un título de la Escuela Normal de Costa Rica —tal como Carmen Lyra, Luisa González, Adela Ferreto— y filóloga por la Universidad de Costa Rica, publicó un ensayo medular para la comprensión de la opresión hacia las mujeres: La mujer, víctima y cómplice (1981). Tal publicación significó la apertura de la caja de Pandora para quienes se refugiaban en ideas patriarcales motivadas por el sexismo más articulado y minucioso de la academia y la cotidianidad.

Es así como, en este país de patriarcas, Yadira —con una habilidad heredada para la creación de menjurges de palabras y argumentos lógicos, ingredientes teóricos mesurados y magistralmente implementados— arremetió en contra de una institucionalidad misógina.  Algunos de estos son Literatura, mujer y sexismo (1984), A la mujer por la palabra (1990), Las líneas torcidas del derecho (1993), De diosas a dragones (1995), La canción olvidada (2000) y Terminología feminista (2013), cuyas relevancias resultan en la referencia obligatoria de su nombre en cualquier investigación de género.

YCalvo+082014-21 Yadira Calvo es la antagonista de quienes aplauden la opresión y la desigualdad, o más bien, de quienes la ignoran; de quienes la omiten y siguen su vida en operaciones cotidianas teñidas de motivaciones patriarcales sin ningún asomo de reflexión o sensibilidad.  Gracias a Yadira, una mujer que ha repartido la manzana del conocimiento en estudios feministas, tenemos una interpretación fidedigna de la Aritmética del patriarcado (2013), y de cómo se han configurado las dinámicas sociales para resultar en violencias de género, en violencias a los derechos humanos.


Fotografías cortesía de Sebastián Gutierrez. Todos los derechos reservados. Vea más de su trabajo en su sitio web y facebook

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