Pan es un dios olvidado, un buen desayuno o el sonido que hacemos a veces cuando tarareamos una canción. Para Vacío, Pan es una columna en la que artistas, escritores y escritoras experimentan con palabras, imágenes y formas.
Cómo acabar
Una pareja de perros
ya no se hacen caso el uno al otro,
deambulan por la calle
insatisfechos
escarbando basuras y carne,
sin pronunciar
lo que no entienden,
lo que deberían confesar antes de acabar
como acaban las palomas,
sin patas ni ojos en la memoria de los niños,
peces prehistóricos
abandonados por otros peces,
arrepentidos ya del futuro
desde hace meses,
preguntando a los mendigos
el sentido de los mapas y el tiempo.
Persiguen mutilados
lo que arrastran las hormigas,
un poco de comida,
un poco de compañía,
y ellos perseguidos a su vez
por piedras anónimas,
bulla de latas y truenos,
techos mojados por el sol.
Perros perseguidos por banqueros,
enfermeras, vendedores de calcomanías,
superhéroes en derrota.
Buscan casi tiesos,
casi sin alma,
señales o secretos
en los edificios rojos,
y cuando se dan cuenta,
están cerca del hospital,
piensan que se acerca el final
-ya estamos enfermos-, piensan,
-nos traen al hospital-.
En la sala de espera
ya no hablan ningún idioma,
los acuestan en una cama,
y luego de una breve inspección de orejas y dientes
dan con los pronósticos,
enemigos míos.
-Al fin separados-,
corroboran entre ellos.
Fin del juego.