La Convención Latinoamericana de Entretenimiento, o PlayCon 2015, llevada a cabo el fin de semana anterior, eleva el juego de mesa a más que un pasatiempo: es una experiencia inclusiva.

Sentarse entre amigos, tomar algo, bromear, conversar y compartir mientras se juega un juego de mesa es toda una experiencia en sí misma. Poder burlarte del fallonazo de tu mejor amigo, con el desparpajo y la crueldad que sólo la camaradería de años de amistad permite, o emocionarse todos por la jugada épica e inesperada que salva la partida.  Ver la emoción reflejarse en el rostro de tus compañeros de aventura sólo se experimenta a través de este pasatiempo único. Las risas, los gritos, las alegrías y decepciones, la frustración y luego el gozo de la victoria; todo sabe mejor en vivo.

Un pasatiempo casi tan viejo como la civilización misma se ha rejuvenecido de la mano de jugadores, creadores y empresarios entusiastas que le dan vida nueva a su pasión a través de innovadores conceptos, festivales y grupos de juego. En homenaje a esto, el fin de semana pasado se realizó el Playcon 2015, la Convención Latinoamericana de Entretenimiento. La convención contó con toda una variedad de actividades e invitados.  Sin embargo, su principal enfoque fueron los juegos de mesa y promover un espacio para que adeptos y curiosos puedan disfrutar de ellos por igual.

Escenas donde las mesas estallaban en vítores y aplausos por una buena jugada o donde los jugadores se despedían con cortesía y agradecimiento entre ellos y los voluntarios que dirigían las demostraciones de los juegos se repitieron continuamente a lo largo de todo el recinto de la Antigua Aduana durante los 3 días del evento. Perfectos desconocidos unidos por un objetivo en común: ganar y divertirse.

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No es de extrañar que, en una sociedad cada vez más interconectada, donde todas nuestras actividades de entretenimiento van de camino hacia la digitalización, los espacios donde todavía podemos compartir de manera “tradicional” nos seduzcan.

Este pasatiempo ha ido ganando terreno en la agenda cultural de nuestra generación. Dados, cartas, tableros, miniaturas, papel y lápiz, las herramientas del oficio. A veces hasta cuentas de madera o de cuarzo, relojes de arena, imanes e incluso disfraces – para los más entusiastas. La temática? Cualquiera es buena, el grupo de juego y el ambiente la determinan, y hay cientos de miles para escoger: Aliens, suspenso, terror, civilizaciones antiguas, historias fantásticas, política, agricultura, economía. La variedad es inagotable.

Los juegos de mesa han evolucionado más allá del mundialmente famoso Monopoly o Risk para convertirse en una forma de entretenimiento que borra las barreras de la edad y del género. Es este uno de los aspectos que los hace más bellos y atractivos: son para todos. Hay para todas las edades, gustos, colores y sabores, y sin importar quién se es o de dónde se viene, se puede disfrutar de un juego de mesa.

El fin de semana del Playcon proporcionó el escenario ideal para que tanto fanáticos como curiosos se adentren en el extraordinario mundo de los juegos de mesa.  El espacio permite que exploren todas las variedades de este entretenido pasatiempo en un ambiente cálido y amenizado por cosplayers, dinámicas e invitados internacionales. La experiencia, más allá de ser entretenida, nos llena de emoción ante lo que puede traer el PlayCon el próximo año.

 

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