Jose Miguel y su hija comparten los mismos intereses, juegan los mismos videojuegos y retan los roles tradicionales.

Cuando supe que iba a ser papá de una niña me dijeron muchas cosas. Tomar el té con una princesa se convertiría en mi pasatiempo por excelencia; me maquillarían la cara y pondrían rulos en el pelo y sería el hombre, o perro guardián, más celoso del planeta.

El rosado sería mi color favorito y las historias de ponis, hadas, o princesas en las que Barbie es protagonista serían las historias más entretenidas que vería. Para muchos, todos estos eran pasos necesarios para educar a una niña en su camino para ser una mujer… pero se les olvidaba una cosa, soy geek.

Pensaban que dejaría esos “pasatiempos de niños” y me volvería “papá convencional”. ¡Pero qué tan engañados estaban! Sin dejar de lado mis responsabilidades como papá, seguí disfrutando de mis pasatiempos, mientras Zoe, mi hija, los veía. Poco a poco, a ella le empezaron a atraer también.

Hoy en día, a sus 9 años, compartimos los mismos gustos: comics (DC, Marvel y todo lo apto para su edad), anime, Star Wars, zombies, videojuegos, Magic, sushi, libros, mitología griega, entre muchas otras cosas. Ella usa camisetas con imágenes de Superman, La Liga de la Justicia, Zelda, Minions, etc.

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Comiendo sushi.

Tiene todo tipo de juguetes, pero los de Star Wars son sus favoritos.  Ella ha visto todas las películas posibles y se sienta fascinada a oírme contarle historias del universo expandido. Sus personajes favoritos son R2-D2, BB-8, Darth Vader, Boba Fett y Kylo Ren.

Come to the Dark Side, we have cookies

Recuerdo el día en que que ella cruzó el umbral al mundo ñoño de su padre, o sea, cuando se le encendió la chispa geek. Decidí llevarla a comprarle un juguete de la Play-Doh, para ayudarle en el desarrollo de su motora fina. La dejé escoger entre las tres opciones que había en la góndola de Play-Doh: el del monito con cocos, y el set de helados y el de hamburguesas.

Mientras tanto, algo llamó mi atención, una caja escondida en el fondo que decía Star Wars, me extrañé de ver eso ahí metido, por curiosidad saqué el misterioso objeto, de pronto una luz iluminó ese sector, mientras el coro fantasmal de padawans comenzó a cantar, me emocioné tanto que llamé la atención de Zoe, por lo que ella me preguntó que era.

––Zoe, él es R2-D2. ¿Sabes quién es él?

––No papi, me respondió. Comencé a contarle a grandes rasgos la historia del episodio 4 al 6 y sus ojos se iban maravillando.

––¿Puedo escoger a R2-D2?

––Claro hija mía. Es más, hoy te inicio en el maravilloso mundo de la Guerra de las Galaxias.

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Cumpleaños temático. Adivinen cuál era el tema.

Bajamos al primer piso y compramos la película animada The Clone Wars. Nos fuimos a casa a verla, mientras ella abrazaba a su nuevo amigo. Fue así como poco a poco le fueron interesando las cosas geek.

Estigmas sociales

Varios han sido los desacuerdos que he tenido con la sociedad, no diré que tica, pues creo que pasa en todos los países. Critican estos pasatiempos como no aptos para el desarrollo de un menor y mucho menos para niñas.

De niño me decían que los videojuegos, por poner un ejemplo, me harían más tonto y dañarían mi vista. Pero no es así, estudios llevados a cabo por diferentes universidades demuestran lo contrario, y basado en mi experiencia con mi hija, puedo decir que todo era pura ignorancia que la gente antes tenía.

El nivel de creatividad que veo en mi hija no se ha disminuido, es más, crece cada día que pasa: crea nuevos mundos, historias, juegos. Esto concuerda bastante con una investigación llevada a cabo por la Universidad de Michigan, afirma que los videojuegos fomentan la creatividad, que los niños que juegan en consolas tienden a ser más originales, así que no se convierten en unos zombies sin imaginación como me decían a mí.

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Videojuegos: pasatiempos geeks que compartimos.

El Dr. Mark Griffiths, profesor de la Universidad de Nottingham ha hecho una gran cantidad de estudios sobre los beneficios de jugar videojuegos, como la capacidad de los niños jugadores para resolver situaciones con mayor agilidad, o liberar estrés sin necesidad de destruir nada físicamente, en más de una ocasión el jugar nos ha ayudado a sacar la chicha de una manera fácil y sana (excepto cuando es un nivel, un jefe o un acertijo difícil que cueste pasar, eso sí es estresante).

En la Universidad Brigham Young descubrieron que las niñas que juegan videojuegos en compañía de sus padres se conectan más con su familia. Por experiencia propia puedo decir que esto es muy cierto. Somos un equipo mientras avanzamos niveles en un juego, en especial de manera cooperativa. Lo mejor es que esto no queda en el mundo virtual, mantenemos ese mismo equipo siempre, desde cocinar hasta limpiar la casa.

En una sociedad tan machista como esta ven con malos ojos que a una niña le gusten estos temas. Por otro lado, también se juzga que un papá, al no dejar atrás sus pasatiempos “infantiles”, nunca podrá educar solo a una niña. Han llegado a decirme que lo que yo quería era un varón y que la estaba educando como tal. Incluso otros me han molestado diciendo que yo me compraba nuevos juguetes y que le daba permiso a mi hija de jugar con ellos.

A Zoe le enoja que le digan que sus gustos son de hombre; que a ella, por ser niña, le debería gustar el rosado, las barbies, el maquillaje. Ella no se considera una princesa a la espera de un príncipe azul: ella se ve a sí misma como una aventurera, capaz de enfrentarse a desafíos y salir adelante.

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Zoe en la U.

Tengo claro que los gustos, idealmente, no deberían ser impuestos por nuestro sexo. Cada quien es diferente y debemos aceptarnos y aceptar a los demás. Tenemos la dicha de contar con el apoyo familiar, y la admiración y el cariño de muchos amigos que piensan parecido a nosotros y viven parecido su vida como papás y mamás “geeks”.

Esta es mi experiencia como papá de una nueva generación, compartiendo momentos especiales con mi hija, emocionandonos al saber que pronto saldrá una nueva película, o un videojuego que nos guste; tratando de romper con patrones con los que no he estado de acuerdo, para lograr formar a una persona realizada con sí misma, que en un futuro ella vaya buscando sus propios gustos geeks.

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