Actualmente el manga shōjo, un tipo de manga orientado a las mujeres adolescentes, nos presenta un sinfín de posibilidades narrativas y estéticas. ¿De dónde surgió y cuál es su historia?

Todos aquellos que crecimos frente a un televisor disfrutando de las aventuras de Goku, las torpezas de Serena, los dramas amorosos de Candy, y las peleas de Seiya y sus amigos, escuchamos o vimos en algún momento la historia de un pequeño robot amigable, Astro Boy. Ese pequeño robot es la primera imagen que se nos viene a la mente si pensamos en Osamu Tezuka.

Tezuka, conocido como el padre del manga y anime, fue de los primeros artistas en este medio en adquirir fama internacional. Su influencia tanto en la gráfica, la estilización de personajes como en temáticas utilizadas, han sido elementos definitorios en el desarrollo del manga desde los años cincuenta hasta la actualidad.

En sus ilustraciones, nunca dejó de enfatizar todas las influencias occidentales y orientales que recibió desde niño: Walt Disney, los Fleicher Brothers, las comedias de Chaplin y los dramas teatralizados por el grupo japonés femenino de Takarazuka (compañía de producciones teatrales musicales compuesta únicamente por mujeres). Estas dieron origen a historias que nos hicieron reír, llorar y nadar en un mar de fantasías.

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Conocido mayormente por Astro Boy y Kimba el León blanco, suele creerse que su aporte más importante fue la introducción de los ojos grandes en las ilustraciones japonesas, así como la definición de un género dedicado a los niños, el kodomo. La realidad es que Osamu Tezuka extendió su influencia a muchos estilos y géneros del manga, principalmente al género dedicado a las chicas, el shōjo. Tezuka incursionó dentro de este con una de sus grandes historias, retomando la fórmula de la princesa, utilizada anteriormente por otros ilustradores.

En Ribon no Kishi o la princesa caballero, publicado entre 1954-1968, y serializado por varias revistas a través de los años, Tezuka desarrolla la historia de una joven llamada Sapphire, quien nace con un alma dual (mitad mujer y mitad hombre). Siendo heredera al trono de su reino, se ve obligada a disfrazarse de príncipe debido a que solo los varones podían heredar esta posición. Al ser obligada a ocultar su naturaleza femenina y su amor por un caballero, se plantea un nuevo concepto ligado a las relaciones prohibidas y a la ambigüedad de género. Hacia el final de esta serie, la princesa pierde por completo su parte masculina y se convierte en una mujer completa (en el sentido de que puede ser ella misma).

Parte de los elementos fundamentales que hoy en día asociamos con este género de corte femenino fueron establecidos por este mangaka.  Su afán era innovar la escena del manga en Japón y su interés por llevar historias hacia un público femenino. El concepto de ambigüedad sexual y la idea de las relaciones prohibidas como un elemento básico para generar la tensión en la historia se unen al desarrollo de relatos de amores colegiales donde estas mujeres suspendidas en el tiempo abogan constantemente por un final feliz que está siempre marcado por la unión de la protagonista y su ser amado.

La característica más interesante de Sapphire es su ambigüedad sexual, que permitirá más adelante todo un nuevo mundo temático en el shōjo: el desarrollo de historias y personajes alrededor del género que conoce como boys’ love (género del manga dirigido al público femenino interesado en las relaciones románticas entre personajes masculinos).

Desde un aspecto formal en la ilustración, la aplicación de figuras sumamente delgadas y estilizadas, así como la integración en los rostros de los ojos grandes y expresivos que observamos en la mayoría del manga publicado hoy en día, son aspectos propios de una estética definida desde un inicio por Tezuka. Por lo tanto, no es de extrañar que casi la totalidad del manga shōjo que se produce en Japón posee estas características.

Esta clase de historias donde el personaje protagónico es una chica fuerte y con la capacidad de enfrentarse a todo aquello que la aqueja fue un cambio refrescante frente a las caricaturas que se produjeron durante la postguerra y que aún se vendían. En este período, los artistas se inclinaron por la realización de obras acorde con el pensamiento de la época, el cual ligaba a la mujer directamente con su rol de joven esposa. El cambio en los personajes femeninos de un rol pasivo a un rol activo fue uno de los grandes avances y aportes de Tezuka, quien, al final fue una inspiración para las mangakas de los años 60 y 70.


Referencias bibliográficas

Scholdt, F.(1986). Manga! Manga! The world of Japanese Comics. Tokyo: Kodansha.

Lehmann R. T. (2005), Manga Masters of the art, New York: Collins Design.

 

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