Pan: Una historia de navidad

la mente

Decías que no conocerías la nieve ni los autos detenidos en filas infinitas por la tormenta hasta que no visitaras Suiza. Así, caprichosamente, sin más historia a tus historias que objetos brillantes que llamabas opiniones.

Comienza a empezar el 24 de diciembre, a las 6 de la tarde. En situación de crisis el país se refugia en pensar la crisis como una situación siempre novedosa, es decir, de recién acabarse de romper la perfección, porque si no nos percatamos de que se acercaba habemos de haber estado muy bien para no predecirlo. Juanjo Scrooge ve desde el balcón filas de carros abandonados desde hace días y piensa estaban todos ofuscados con los playos que iban a destruir a la familia, sin percatarse que el sistema vial lo iba a hacer primero.

Mi carro está en Sanfra, tuve que dejarlo hace dos días cuando iba a donde mis tatas. Charlie se bajó del avión hace 2 horas, no le contesto el teléfono. Pasan maes en bici que dicen que van a dejar cosas, a recoger gente. Pero hay que pagarles por adelantado y en Twitter están diciendo que los taxistas se pusieron en lo mismo y le gritan cochinadas a las wilas mientras pasan en la bici. Entonces nos hacemos los locos cuando desde abajo alguien en bici grita a 500 el kilómetro en cleta, padre.

es un balcón

Christie dice Charliedefijollega, verdad Juanjo? Voy a mandarme el trip ya, usted ya se lo mandó? Voy a ver qué tan descongelado está el pollo, será que está? Me pongo a hacer la comida ya? Andre, usted me ayuda a picar esto?

– Ajá

Desde el balcón, Juanjo sigue sin responder. Analiza con un metro de qué forma puede apropiarse de una frase que acaba de leer

Cose grueso, pero también piensa en las arenas movedizas que probablemente no existen y en las que ha visto que sí.

A dónde va el tiempo cuando parece que alguien lo roba.

(Juanjo ya se había mandado el trip)

D

S  1

L  00

que observa lo que queda afuera

Del cuarto de arriba baja Vale, despierta. Qué chiquillos, vamos a mandar. Maeee, los carros siguen afuera, qué fuerte.

(obvio siguen afuera, parece futuro post apocalíptico zombie/vara que ocupa nueva referencia/chepe hora pico por 3 días seguidos [empezó con la ceniza con lluvia, taqueando alcantarillas desde la uruca hasta concepción. El sistema nacional no soportó tres días de lluvia con tres días de Turrialba. Además de una muy buena oferta mal seteada por Rostipollos, entre las 2 de la mañana y las 5 del 22 de diciembre, medio millón de carros fueron abandonados en toda la GAM. Fuck, estas líneas están super bien informativas, al rato sí desperdicié nunca haberle dado al periodismo, pero bueno, todo despichado es el punto])

Mandamos más.

y que nunca pertenece completamente a lo que sí está adentro

Toda esta tragedia del estilo, que solo sirve para evidenciar la crisis que se siente, mediante la recreación de otras crisis. Como alguien que quema a alguien intentando explicarle que algo adentro arde.

Lo que quiero decir es que el drama es una exageración. Existe, pero no es necesario verlo. O también lo que quiero decir es que el lenguaje no podría mostrar crisis si dentro de nosotros no la hubiera.

Charlie llega como a las once, un primo en moto lo tiró por la hispanidad y caminó hasta acá. Traía regalos para todos y el bigote blanco porque pasó con el primo a comprarse una dona de camino. Antes de las 12 bajó la niebla del décimo piso, todo chepe se veía desaturado, una gran nube con luces intermitentes de los carros que todavía tenían batería.

Parece como una nube navideña, jaja – dice Christie

Ajá – dice Andrea

En el gran cañón de nuestra vida, esa región entre el borde de nuestro balcón y el del edificio de enfrente, yacen todos los carros necesarios para reconstruir World War Z o la ventisca helada de la frontera italosuiza donde todos los animales del bosque sufren cuando se dan cuenta que crecerán. Les duele porque siempre intentaron recordar.

Ahora, en una nota menos alegre, un poco de periodismo.

Dícese del gran cañón de nuestra vida, aquel lugar donde las arenas movedizas más peligrosas del mundo se mecen de tu balcón al mío, de mi balcón al tuyo, luego de tu balcón al  mío otra vez, luego el mío se aguanta pero de nuevo, de mi balcón al tuyo. Y así por un rato. Pero solo por un rato. Un ratito. Un ratito más.

Artículos relacionados