La industria de cerveza artesanal crece con valientes emprendedores que se tiraron al agua y hoy el mercado exige eso y algo más.

La Costa Rica Craft Brewing Co.
y los inicios de la cerveza artesanal

Es claro que los ticos somos cerveceros, aunque por muchos años la cerveza en Costa Rica fue únicamente la Imperial y la Pilsen. En los bares sólo existía en un estilo: una rubia medio aguada; en las peores, servida con limón, sal y hielo. Por eso, en el 2010 y con un mercado tan cerrado, Peter Gilmann, Brandon Nappy y Chris Derrick decidieron apostarle al mercado de cerveza artesanal en Costa Rica e inaugurar la Costa Rica Craft Brewing Co. (CRCB).

Y así, Costa Rica se unió a la tendencia mundial de cerveza artesanal con Segua y Libertas. Al principio, en la CRCB asumieron que sólo había un público meta: los extranjeros en las costas que venían de mercados con amplia selección de cerveza artesanal. Pero la cerveza artesanal también se empezó a agotar en los bares de San José.

Sobre los inicios de la CRCB, el cervecero Stefano Marín menciona, “de inmediato la cervecería empezó a vender todo lo que podía producir y la mayor parte de la cerveza se vendía ya sea en la cervecería a nacionales o a cuentas en San José.”  Inesperadamente, la CRCB notó que la cerveza artesanal se hizo popular con los mismos ticos de 20-30 años. En los últimos 5 años, el mercado ha crecido a pasos agigantados y se han inaugurado 37 cervecerías y brewpubs.

cerveza-1Carpe Craft Beer Pub Crawl. Foto de Esteban Santiago // www.CarpeChepe.com

Hay muchas teorías de cómo la industria de la cerveza artesanal surgió. El público principal de la cerveza artesanal, nosotros mismos, no estamos en la etapa más productiva financieramente. No tiene sentido, visto desde un punto de vista económico, que hayamos tomado la decisión de pagar más por un producto que (según el mercado) ya teníamos.

Cambio en la audiencia

En el 2012, el mercado llegó a su auge gracias al inicio de alianzas educativas y culturales. Primero, empezaron a surgir compañías como TicoBirra y la Bodega de Chema que importaban y vendían los ingredientes para elaborar cervezas.  Al mismo tiempo, desarrollaron programas de educación cervecera que lograron acelerar el surgimiento de nuevas cervecerías completamente ticas.

Segundo, los cerveceros se fusionaron con movimientos emergentes dentro de la búsqueda de la identidad joven nacional.  Para mencionar algunos, está el movimiento orgánico, la música nacional, el rescate de la cocina costarricense y los festivales con jóvenes talentos artísticos.

Por último, comenzaron a emerger bares especializados en cerveza artesanal como Stiefel, Craic y Artisan Brew Pub. Adolfo Marín, de Cervecería Primate, menciona que la razón por la cual iniciaron el bar Stiefel fue porque él sentía que “el público ya estaba listo para una revolución en el paladar”. Mano a mano, surgieron iniciativas como Carpe Chepe, que programa paseos a los bares junto con charlas educativas de cerveza artesanal.

Los millenials tienen a mano la información de lo que quieren comer, tomar y tendencias a seguir.  Saben que la cerveza no es para llegar al punto de perder la conciencia, sino que para degustarla, hablar en torno a lo que están probando, sin importar el precio.” – Adolfo Marín, Cervecería Primate

Una industria diversa

¿Qué distingue la cerveza artesanal de una cerveza masiva? Se puede hablar de la elaboración cuidadosa de una receta, de la escogencia de ingredientes y del tamaño de producción.  En mi opinión, sin embargo,  todo está en las manos del cervecero.

Y si analizamos la cerveza artesanal en Costa Rica, sus creadores son personajes en sí: el ingeniero obsesionado con la eficiencia de sus procesos de producción y la homogeneización del sabor; el ras hermano que escogió este mundo por el buen ride y marida la producción con una galeta y una cerveza; y el científico loco que experimenta con levaduras salvajes. Es difícil no enamorarse de un mundo tan versátil.  Pero es justamente por eso es que el mercado inició rocosamente.

cerveza-2La Cofradía, Niño Huracán, Rancho Humo y la CRCB en Oktobergaff 2015. Foto de El Gaff.

De acuerdo con Adrián Naranjo, un consultor para las cervecerías pequeñas, “la industria es muy pequeña, [entonces] no hay mucha información en términos de cómo empezar”. Muchos cerveceros se lanzaron al mercado por su amor a la producción de cerveza, o por el mundo que este representaba. Pero, en ocasiones,  la falta de pensamiento y planeamiento empresarial creó problemas internos.

Estas cervecerías experimentaron problemas legales con las municipalidades, permisos de salud, registros tributarios e impuestos. Dentro de la misma asociación se dieron diferencias de pensamiento: por un lado, estaban aquellos que pensaban que las reglas tenían que ser igual para todos.  El segundo grupo optaba por facilitar un espacio para la experimentación de los más pequeños, sin importar su estado legal.

“Podría decir que las mismas personas «líderes» en la producción de Cerveza Artesanal se han convertido en los principales obstáculos.  Lejos de colaborar con el mercado, se enfocan en menospreciar a los que hacemos de esto un espacio para otras personas.” – Adolfo Marín, Cervecería Primate

Hay cerveceros que ven el arte de hacer cerveza como la labor que van a realizar por el resto de su vida. Hay otros que lo ven como un pasatiempo. Y hay unos pocos que se han involucrado solo por el fiestón y el disfrute. Sea cual sea el enfoque, una de las metas principales de todos los cerveceros debería de ser la de modernizar  la legislación de impuestos para facilitar el crecimiento de un mercado cervecero.  Esto es porque el impuesto de la cerveza artesanal se calcula por el porcentaje de alcohol, lo cual ha causado que la bebida tenga precios altos. Disminuir este impuesto ayudaría a ampliar definición de cerveza en Costa Rica. 

Aparte del precio, existen diferencias de calidad entre cervezas. Una misma cerveza puede saber diferente porque depende de la tanda en la que se cocinó – cosa que no debería ocurrir en una industria profesional. A veces, las cervezas vienen contaminadas, mal fermentadas o con recetas inadecuadas. Esto puede detraer a los consumidores y dañar un mercado que está en proceso de educar al cliente.  Nadie quiere tomarse un agua chacha, y menos pagar 2 rojos por ella.

A pesar de las diferencias de calidad que hay dentro de los productos y los recursos disponibles, hay cervecerías artesanales que están dando saltos en cuanto a la calidad de sus cervezas y su competitividad a nivel mundial.  El año pasado Cervecería Primate y Costa Rica Craft Brewing Co. trajeron al país medallas de plata con la San José IPA y la Malacrianza Scottish Ale respectivamente. Calle Cimarrona, la primera cervecería constituida sólo por ticos, y Treintaycinco ganaron medallas de bronce.  

De las 37 cervecerías y brewpubs que existen en Costa Rica, solo una cuenta con más de cinco años de existencia: la Cervecería de Costa Rica. Aunque poco a poco se ha logrado abrir el mercado de cerveza en el país, muchos se preguntan: ¿Seguirán ganando más campo los cerveceros artesanales?

Felipe Valenciano de Sin Corbata opina que sí. «Creo que el mercado solo va a crecer en los próximos años y ya lo hemos visto pasar en países que tuvieron este cambio hace 15-20 años».

El tico ya está aprendiendo sobre lo que constituye una buena o una mala cerveza  y va a empezar a tomar mano en el tipo de cervezas que quiere en el mercado. Y por parte del mercado en sí, lo que la comunidad quiere es una verdadera unión por un bien común. Como indica Felipe, “creo que la mejora más importante a llevar a cabo es que todos aquellos que producen Cerveza Artesanal tengan humildad, que sean abiertos a la retroalimentación, la base de producir cerveza está en disfrutar lo que hago sin mirar dentro de la olla de mi compañero”.


Fotografía de portada cortesía de Adam Leaders Photography // Adlephoto.com

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