Todos los años me hago la misma pregunta: ¿Y éste año qué hacemos para el Día del Libro? Aunque sea sólo por motivos de trabajo, es bueno pensar en esto. A título personal, me dediqué a hacer una lista y anotar algunas ideas.

Empecé por anotar ideas sobre cómo NO celebrar el día del libro:

  • No hacer la siguiente búsqueda en google: “Ideas para celebrar el Día del Libro”.
  • Nada de cuenta cuentos.
  • No difundir citas sobre la importancia de los libros o sobre el placer de leer.
  • No organizar una liberación de libros.
  • No crear campañas de fomento a la lectura, no hacer carteles para animar a leer.
  • No escribir microrrelatos.
  • No abrir un blog que se llame “Celebrando el Día del Libro”.
  • No repartir poemas anónimos.
  • No repartir poemas de ningún autor.
  • No repartir nada.
  • No poner a los niños a colorear.

Ahora entonces, algunas ideas para celebrar el Día del Libro:

  • Faltar al trabajo para quedarse en casa leyendo. ¿Qué es lo peor que le puede pasar? ¿Que lo echen?
  • Ir a la librería más cercana y comprar un libro del cual no haya oído hablar nunca, no saber quién es el autor y no tener idea de qué trata, ojalá algún género al que no esté acostumbrado. Y no dudar en juzgar al libro por su portada.

  • Ir a la biblioteca más cercana y afiliarse. Pedir prestado un libro. No robárselo.
  • Si existe la posibilidad de que venga un futuro niño/a al mundo, planear que nazca un 23 de abril, así le regalarán siempre libros en su cumpleaños.
  • Contactar a un escritor, ojalá uno bueno, e invitarlo a unos tragos. Si es escritora, también.  
  • Organizar una manifestación masiva para exigir un mayor presupuesto para las bibliotecas.
  • Empezar una colección de los mejores inicios de novela.
  • Cada vez que tenga una buena idea durante ese día y la gente se lo reconozca, diga que lo leyó en un libro.
  • Dedicar el día a reorganizar su biblioteca personal, pero no de manera convencional. Inventarse teorías sobre cómo reorganizarla. Buscar otras variables, libros que vayan bien juntos, autores que pudieron haber sido pareja, autores que se odiaron a muerte, personajes que de haber estado en una misma historia, no hubieran tenido un final trágico. Puede copiar también la teoría de la “buena vecindad” de Aby Warburg, no necesariamente debemos leer el libro que estamos buscando, en ese caso, podemos optar por el de al lado. Hay mucho riesgo en esto.

  • Otra opción para reordenar su biblioteca es la de clasificar los libros basándose únicamente en el título (funciona muy bien con la ficción). Acá algunos ejemplos: “El nombre de la rosa” va en la sección de botánica, “En contra de los aviones” de Juan Murillo  va en terrorismo y “Verano rojo” en moda. Después de todo, todos llevamos a un bibliotecólogo por dentro. Es muy divertido y le puede tomar horas. Contraindicación: pasado el efecto, el caos puede ser angustiante.
  • Escribir una carta a las autoridades de la Biblioteca Nacional solicitando amplíen los horarios de atención al público. ¿Cierto o no que sería buenísimo ir a la Biblioteca Nacional de noche? Puede agregar otras sugerencias y enviar fotos de otras bibliotecas que le gusten.
  • Inventarse un juego a partir de un libro. Organizar una noche con amigos. Invitar a alguien que hable alemán o sueco. Tener listo un libro en alemán o sueco. Poner a los invitados -todos los que no hablan ni alemán ni sueco-, a traducir una frase del libro al azar, y que el que sí hable cualquiera de los dos idiomas, traduzca el pasaje correctamente. La representación tangible del abismo entre lo que creemos que significan las palabras y lo que realmente significan resulta algo muy divertido.

  • Inventarse una tradición. Cada día del libro, regalar “Hoja de aire” a algún amigo o a algún extraño. Hacer un picnic en el parque, llevar unos cuantos libros, preferiblemente muy distintos entre sí, ir acompañado (esto es esencial), comprar vino y leer en voz alta. Los cuentos de Salarrué son una buena opción, “Qué hacer” de P. Katchadjian también. Para leer poesía en grupo hay varios libros muy buenos, pero es mejor preparar una dinámica, sólo con la lectura no será suficiente. El escritor Gustavo Adolfo Chaves es bueno para las dinámicas, él les podrá dar tips.
  • Tomarse una pausa. Reflexionar en todos los libros que no podrá leer nunca. Ya sea porque no hay tiempo o porque no habla turco y nadie hará las traducciones que usted necesita. Sentir la angustia existencial de este hecho, irremediable, irrenunciable.
  • Tomarse otra pausa. Reflexionar en todos los libros que ha leído en la vida. Sentirse afortunado. Vivir múltiples vidas es un lujo.

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